13 de julio de 2019

Pesadilla

  Daba vueltas en la cama. No podía dormir.
  No era su almohada. Esta estaba mullida como siempre.
  Cambió su postura. No, tampoco era eso lo que no lo dejaba dormir.
  Una lagrima surcó su mejilla.
  Miró al techo, o hacia donde él sabía que estaba el techo. Oscuridad. El viento movía la persiana, emitiendo aullidos.
  La almohada ya estaba empapada. La dio vuelta.
  Sus peluches lo miraban fijamente, desde la repisa, como queriendo transmitir algo con sus cuerpos sin vida.
  Los ojos de sus peluches le dieron una sensación extraña... Algo estaba mal...
  Y por fin se dio cuenta.
  Su peluche favorito no estaba.

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