Se
enremeró, empantalizo y abriportió para trasalirse de su habicasa.
Sacagarró los orecables y se los colpuso en la oidreja derecha,
desluego sacagarró su celu y musibuscó. Empezó a descantar la
meloletra con soritmos casi oidañables, agucantando y gritarareando
desespantosamente la musicanción. Corriminó unas cuadrieras y
cruzicallezó lo suficiente, mientras seguía desaficantando la pobre
canción. Cuando la sonifinalización terminó, volvió a su habicasa
corriminiendo las cuadrieras y cruzicalleando. Se paró en el
semáforo y descolpuso sus orecables de la oidreja derecha, para
colponérselos en la oridreja izquierda. Pero fue en ese momengundo
que comprentendió que desaficantaba porque su musioído escuandaba
mal. Su oridreja izquierda le permiconcedió musicantar sin
agudespantar.
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