6 de julio de 2019

La señora Padraja desde el punto de vista de:

Ella misma:

  Me gusta estar sola y disfrutar de mi colección de plumas impermeables y lana de todos colores, solía decorar ropa con ellas. Amo comer sopa de cabellos de ángel, pero generalmente estoy llena con la primera cucharada; el médico me dijo que tal vez era porque comía demasiado pelo real y eso afectaba mi apetito, después de todo, cuando estoy nerviosa suelo hacerlo.
  Mi esposo se murió. Habíamos tenido un hijo el cual arrojamos al río cuando aprendió a caminar: si ya sabía moverse no necesitaba un padre ni una madre. Raramente, mi marido no quedó muy feliz y se sintió demasiado culpable, no entendió que los bebés que saben andar ya pueden vivir solos. Cuando fui a su entierro me encontré con el señor del cuarto “B”, me pareció que si ambos estábamos allí podíamos ser amigos. Le conté que había logrado enhebrar una aguja y de lo feliz que estaba por ello, también le hablé un poco de mi vida, y él… él no me contó nada, sólo que vivía en el cuarto “B”. Pero, aunque ese día tuve confianza para hablar con cualquiera, no le había dicho a nadie lo de la aguja.
  Hace una semana le llevé una gran artesanía exquisita, pero pareció no gustarle. Se entristeció y mencionó que me ayudaría, aunque aún trato de descifrar en qué.


El señor del cuarto “B”

  La señora Padraja suele aislarse del resto, pero el otro día vino a mi casa para traerme una extraña peluca envuelta en un abrigo de lana, al dármelo me pareció que se le hacia agua la boca y que quería devorarlo, sin embargo no sé cual fue el motivo del anormal regalo. Tiene una obsesión con la sopa de cabellos de ángel, cuando la veo en el supermercado se compra decenas, pero come tan poco como un pájaro (tal vez ingiera algo más. Su pelo es esponjoso, canoso y abundante, su piel áspera como las escamas.
  Tuvo una vez un marido y un hijo, al pobre lo tiraron al río cuando aprendió a caminar, poco tiempo después el hombre se suicidó. Fue en el entierro donde pareció ser amigable y, allí, es donde la conocí mejor: se confió al instante y me contó numerosos logros (tan inútiles como poder enhebrar una aguja) de los que estaba muy emocionada. Me dijo que era costurera y tejedora, se dedicaba a adornar prendas con plumas y lana, que eran cosas que abundaban en su hogar y siempre tenía de sobra. También mencionó que proviene de una pradera de algún país nórdico sin patos ni ovejas, donde le gusta nadar en las lagunas.
  Aunque fue bastante amable conmigo, me pareció una persona bastante pegajosa. Creo que necesita mi ayuda, la pobre aparenta intentar volar para dar un salto en sus costumbres, pero no llega a hacerlo: necesita alas más grandes.





Padraja es una especie animal de la cruza de un pato, dragón y oveja. Es un aplumado picudo de apasionado vuelo de las praderas del norte. La descripción se encuentra en: https://odatalleristas.blogspot.com/2019/07/padraja.html

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