-Te compré unos zapatos, espero que te gusten…
-¡Increíble!
¿Sandalias? ¿Alpargatas? ¿Tacos?
- Botas, largas
hasta la rodilla, para usar con medias largas. Esos soquetes
coloridos que usás siempre te van a incomodar.
- Hubiese preferido
unas ojotas, pantuflas, chancletas, botínes… ¡Hasta zapatitos
de ballet! Pero, igualmente, gracias.
- Ajá, sí, de
nada…
- ¿A quién se lo
compraste?
- A la amiga de la
tía, del primo, del padre, de la cuñada, de la abuela, de la nuera,
del hermano de… ¿Cómo se llamaba?… Esa, la que una vez nos
invitó a su casa… No me acuerdo el nombre.
- No la ubico…
- ¡Me hizo un
descuento porque nos conocíamos!
-¿Cómo te atrevés
a pagarle de menos? Estaba trabajando para mantenerse, para tener un
hogar, una cama donde dormir, soñar. Para poder acceder a la salud,
para alquilar el local… Gente como vos arruinan los trabajos, y,
¿Viste?… Al final estás arruinando la economía de todo el país,
de la tierra.
- No fue para tanto,
sólo me cobró un 75% menos del valor…
- La señora, la
amiga de no sé quien, la zapatera o cómo quieras llamarla, trabaja
duro para construir calzado, para fabricarlos en su taller, además
los hace de distintos talles, grandes y pequeños, con cordones,
finitos o gruesos casi sogas, o sin ellos; de lona, de cuero, de
tela, con plantilla especial, suela fuerte… y vos le pagás de
menos. Quiero que vuelvas y le pagues lo que falta…
- Al menos agradecé,
ahora tenés con que caminar, correr, jugar, competir. Tenés algo
que te tapa ese dedo del pie que está con la uña toda rota, algo
que te abriga, te calienta, te sirve para el invierno… ¡Le pedí
que me envuelva la caja para regalo especialmente para vos!
- Y, seguramente, no
le pagaste el envoltorio, ¿Cierto?
- Me lo regaló.
- ¡Ahí está el
punto! A vos sólo te importa ahorrar, pero la zapatera está de tu
lado. Tiene familia, vida, sentimientos, estudios, piensa ¿Sabías?
Ella preferiría mil veces que le pagues el doble, el triple quizás,
necesita ese dinero, pero te lo vende más barato para que te vuelvas
su cliente. Más te vale que vuelvas a comprarle…
- No necesito más
zapatos, después me fijo.
- Yo sí necesito,
¿Si me comprás sandalias, tacos y alpargatas? ¡Ya sé! Se las
pagás al triple, y no te olvides del precio del envoltorio.
- ¡Sí! ¡Qué
buena idea! Ya mismo le pido a esa que le diga a su hermano, que le
diga a la nuera, que la diga a la cuñada, que le diga al padre, que
le diga al primo, que le diga a la tía que le diga a su amiga que
yo, la que una vez fue a la casa del hermano de la nuera de la cuñada
del padre del primo de su tía, le encarga unas sandalias, unas
alpargatas y unos tacos al triple de precio para ayudar a su familia
¡No se olvide que le paga el envoltorio también!
A base de la constelación de Zapatero:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario