La Ópera

En este texto la consigna era utilizar palabras aleatorias, en este caso son:
NUNCA - DESPEDIR - CICATRIZ - REGAR - MOUSE - PULSERA - MERECER - 1000 - ESCUCHAR - ALBATROS - PUDRIR

Era una noche como cualquier otra, estaba en el "Teatro Colón" viendo una orquesta que tocaba música de un afamado artista que su nombre nunca pude pronunciar, pero eso no importa, lo que importa es que solamente fui porque mi amigo el alto, flaco, pelirrojo, creído y fanfarrón me invito a venir hubiera dicho que no pero porque si le negás algo hace un lio 1000 veces más molesto que hacer lo que te dice, le dije que sí, pero solo si comprábamos pochoclos.
La noche de la orquesta salí vestido con ropa elegante pero no olvidé regar a mi plantita y después despedir a mis muñecos de felpa antes salir. Cuando llegue a la avenida a dos cuadras de mi casa pare un taxi y fuí directo. 
Cuando llegué y me puse en la fila de los pochoclos vi como los que ponían eran de esos que se empezaron a pudrir hace meses por esa razón me quejé y entonces el vendedor empezó a usar el mouse y teclado para escribir mi queja. Ni bien terminó de ingresar la queja llegó mi amigo y me obligo a entrar al teatro. Cuando entrabamos nos regalaron una pulsera con el nombre del artista que hizo esta obra. La obra fue un malgaste de tiempo, porque el aburrimiento que causaba era inmenso por eso iba cada dos por tres al baño para relajarme. Una de esas veces escuché un ruido raro al fondo de un estrecho y oscuro pasillo del cual todavía no sé como llegue. Seguí el sonido hasta llegar al extremo del pasillo donde alguien me apuñalo en la espalda con un cuchillo, seguido me caí al piso desangrándome hasta desmayarme.

Cuando me desperté tenía una cicatriz en la espalda y estaba en una pequeña habitación oscura donde ahora estoy tratando de salir. Escucho una voz que dice que seré libre cuando entienda porque me tengo que merecer estar acá. No tengo idea de que hice, pero de la nada empiezo a escuchar a un albatros que grita a lo lejos. Cada vez se acerca más hasta perforar la caja y  matarme arrancándome los órganos.