27 de mayo de 2020

Cría cuervos y te sacarán los ojos


El hombre vivía solo. Estaba cansado de estar solo y se unió al Club de los hombres solos. Otro hombre que vivía solo presentó un día la renuncia al Club de los hombres solos, porque había dejado de estar solo. En el último encuentro, el otro hombre que vivía solo reveló que había conseguido un espantapájaros, pero que no se llamaba espantapájaros porque su deber no era hacer al  hombre solo aún más solo, sino que permitía que un pájaro  conviviera con el  hombre solo para que dejara de estar solo. Entonces el primer hombre solo se compró un espantapájaros´que no se llamaba espantapájaros y renunció por adelantado al club de los hombres solos.

El hombre ya no viviría solo. Estaba esperando que el espantapájaros que no se llamaba espantapájaros eligiera un pájaro para que conviviera con el hombre solo. Esperaba un canario, un loro o un gorrión, pero el espantapájaros que no se llamaba espantapájaros atrajo un cuervo negro. 

El hombre solo que ya no estaba solo se disgustó en un principio, no le gustaba el negro porque era muy negro, pero pensó que a caballo regalado no se le miran los dientes, y miró al cuervo negro con cariño.

El hombre solo que ya no estaba solo trató de ignorar el negro y el cuervo negro trató de ignorar que el hombre alguna vez fue solo. Entonces, se llevaron muy bien. El hombre le enseñó al cuervo a ver como un hombre, y el cuervo aprendió del hombre. El hombre le mostró al cuervo que la vista era lo más preciado, y el cuervo aprendió del hombre.

Cuando el cuervo negro creció y se volvió más negro, había aprendido del hombre solo que ya no estaba solo que ojos que no ven corazón que no siente. Entonces el cuervo negro cayó en la cuenta de que el hombre se iba a ennegrecer con el tiempo y recordó que al hombre no le gustaba el negro porque era muy negro. Esa noche el hombre se acostó temprano, y el cuervo negro decidió esperar hasta la medianoche, así el negro de su plumaje se camuflase con el negro de la noche. Cuando el negro era tan negro que sólo se veía el negro, y el cuervo negro supo que era el momento indicado. No supo si llegó volando, pero se halló en la cabeza del hombre solo que ya no estaba solo. El hombre sintió un cosquilleo y abrió los ojos, pero como vio todo negro los volvió a cerrar, fue entonces cuando el cuervo logró sacarle el primer ojo, y como no quería dejar evidencia se lo comió. 

El hombre sintió un cosquilleo y abrió los ojos, pero como vio todo negro los volvió a cerrar, fue entonces cuando el cuervo logró sacarle el segundo ojo, y como el primero le había gustado tanto también se lo comió.

El hombre solo que ya no estaba solo descubrió que le faltaban los ojos, pero no pudo culpar a nadie porque vivía solo, pero no tan solo porque tenía un espantapájaros que no se llamaba espantapájaros porque le había atraído un cuervo negro, pero eso no se lo podía contar a la policía. El hombre se resignó a perder la visión, y apreció al cuervo más que nunca, no solo porque era su única compañía sino también porque ya no veía su negrura. Ante su éxito, el cuervo negro se unió al Club de los cuervos negros y les contó a los demás cuervos negros que si querían que los hombres olvidasen que eran negros, con comerle los ojos bastaba. Los otros cuervos negros se dieron cuenta que esta técnica funcionaba, entonces llamaron al club “Cría cuervos y te comerán los ojos”.


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