Era un día de lluvia, pero
no llovía. Juan estaba sorprendido porque todo el mundo le dijo que iba a
llover, pero no llovió. Juan estuvo furioso desde el primer segundo que supo
que no llovía. Le habían hecho creer que iba a llover en su ciudad, lo
que nunca sucede porque vive en un desierto. Después de desayunar Juan salió a
la calle sin antes caer rodando las escaleras porque el calor le hacía
pensar más lento. En la calle fue a una casa de cambio a ver el precio
del dólar porque su mayor sueño era llegar a tener 3.428.217 dólares y
36 centavos, no pesos, dólares. Aunque probablemente ya tenía esa cantidad en
pesos, siempre que estaba a punto de comprar dólares, surgía un inconveniente,
subía el precio o pasaba algo más. Juan no trabajaba, solo ganaba plata con la acción
que le regaló su papá cuando apenas tenía 18 años, era un 99% de un pueblo en
el norte de Asia, pero al parecer el pueblo era un gran exportador de especias,
por lo tanto, le genera a Juan un montón de plata. En un momento, Juan solía
creer en la creación y pronunciaba una oración cada día, pero con
el tiempo la plata le importó más y perdía un montón cuando le donaba a la
iglesia. Lo que más le importa a Juan es la plata por eso solo tiene dos amigos,
su alcancía y su billetera (aunque hacía tiempo dejó de usarlos cuando depositó
toda su plata en el banco) ya que los amigos cuestan mucha plata (comer juntos,
viajar a sus casas), las pocas veces que tuvo amigos fue para usarlos y ganar
plata. Desde pequeño a Juan le encantó la idea de ahorrar por eso nunca gastó
plata con la excepción de lo vital, por eso ya no compra nada. Justo cuando Juan
recordaba su pasado le llegó un mensaje al teléfono:
“Corralito”
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Cartas:
Creer,
lento, dólar, creación, acción, era, oración, caer
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