29 de noviembre de 2019

El sonido de la muerte

Un cadáver exquisito es un texto escrito por muchas personas, alguien escribe dos líneas y tapa la primera, de forma que la siguiente persona pueda leer sólo la segunda parte. A continuación, ella escribe otras dos líneas y tapa la segunda línea de la primera persona y su primera línea. El procedimiento se repite y, al leerlo, no damos cuenta del absurdo resultado.

Porque es así la muerte, no es nada muy importante, es más bien algo natural, pero no es para tanto. La llaman canto. Es algo extraño, que se usaba antes. Ahora, lo más parecido que hay es el ruido de la máquina, pero no es lo mismo.
En la prisión el sonido era más lindo, los prisioneros eran torturados y su grito era horrible y un ogro los vigilaba, impasible, en sus calabozos de la Gran Torre donde no vivía gran hombre y todo era normal, ni siquiera una avispa se adaptaba, por eso la construyeron, era esperada y esperaba. Y se movía velozmente. Estaba fabricada para volar en un planeta sin cielo y entonces su nave chocaba y mataba sin parar al explotar. Pero no pudo porque el valiente caballero lo fue a enfrentar montado en su blanco corcel con las crines al viento. Sintió la brisa que ni yo siento, y sonrió aunque sea en vano. Sonreír no sirve, montar no sirve, sentir no sirve, la vida, siempre termina siendo indistinta.

Cadáver exquisito original:


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