Comenzó con una pestaña que le molestaba, a causa de eso lo mantuvo cerrado , por mantenerlo cerrado no pudo ver, por no poder ver se cayó. Al caerse, se le rompió la zapatilla y al levantarse apoyo su mano en un adorno frágil. La zapatilla lo hizo tropezar, pero se vio amortiguado por la mesa de vidrio, arriba había un café que le dio un buen baño y decoró su peinado con porcelana. Los restos del mueble se le clavaron el brazo derecho y comenzó a sangrar. La sangre armó un charco en el suelo, lo que lo hizo resbalarse y llegó, así, hasta las escaleras. Rodó pero la porcelana le hizo marcas en todo el cuerpo. Llegó al pie de una lámpara y el vidrio de la bombilla no fue lo único que se rompió. La habitación quedó a oscuras y, cuando al fin se pudo parar, se chocó con la puerta por falta de luz. Se cayó, otra vez, y la manija de la puerta le rebotó en la cabeza. Al pararse, el zapato roto logró desgarrar la alfombrilla. Una parte de la alfombrilla llegó a desequilibrar un estante, el cual quedó en el suelo. En ese estante, había una pecera que se rompió y llenó todo de agua. Se bañó, nuevamente, pero fue distinto; el agua le sacó, al fin, la pestaña del ojo.
En este texto, la consigna era basarse en una carta de Propp y escribir con un límite de 5 minutos.
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