Oda, ¿qué leés?

En el taller de escritura y lectura de los jueves compartimos cuentos y poemas y escribivimos mucho.

Y entonces hicimos este blog, para compartir algo del entusiasmo que nos reúne cada semana.

La Oda al mar, de Pablo Neruda, apareció un día como lectura ocasional, junto a otros poemas.

La palabra Oda (que viene del canto griego y es un subgénero lírico y una composición poética de tono elevado o cantado, y etcétera etcétera) nos causó mucha gracia.
Oda, qué tal? Oda, cómo andás? Oda oda chiques chikus! Y entonces redefinimos la palabra oda como "uso corriente de saludo de un señor o señora con la nariz tapada".

De la Oda al mar de Neruda surgieron otros versos y hasta un caligrama que compartimos en este blog. Y, de paso, un poco de Neruda:

 

ODA AL MAR
AQUÍ en la isla
el mar
y cuánto mar
se sale de sí mismo
a cada rato,
dice que sí, que no,
que no, que no, que no,
dice que si, en azul,
en espuma, en galope,
dice que no, que no.
No puede estarse quieto,
me llamo mar, repite
pegando en una piedra
sin lograr convencerla,
entonces
con siete lenguas verdes
de siete perros verdes,
de siete tigres verdes,
de siete mares verdes,
la recorre, la besa,
la humedece
y se golpea el pecho
repitiendo su nombre.
Oh mar, así te llamas,
oh camarada océano,
no pierdas tiempo y agua,
no te sacudas tanto,
ayúdanos,
somos los pequeñitos
pescadores,
los hombres de la orilla,
tenemos frío y hambre
eres nuestro enemigo,
no golpees tan fuerte,
no grites de ese modo,
abre tu caja verde
y déjanos a todos
en las manos
tu regalo de plata:
el pez de cada día.



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